
El arte y la espiritualidad son dos expresiones que han estado conectadas desde la evolución de las civilizaciones.
Muchos buscadores de la verdad han estudiado esa relación para entender cómo el arte ayuda en el desarrollo de la espiritualidad, o viceversa, como una forma de revelar el espíritu divino, o el yo interno, o como una herramienta para la exploración personal.
¿Qué tal si consideramos las ideas de Rudolf Steiner y Alan Watts, dos de los filósofos contemporáneos que nos ayudaron a comprender esta intrigante relación?
La Ciencia Espiritual de Rudolf Steiner

Uno de los más grandes maestros y pensadores de la era moderna, Rudolf Steiner, un austriaco, que estableció la antroposofía, vio el arte como un puente entre los mundos corpóreo y espiritual.
En su tesis, afirmó que las personas deberían primero aprender a penetrar en su yo interno y luego buscar verdades y certezas espirituales a través de la expresión artística.
Además, la concepción del arte para Steiner era multifacética, incluyendo arquitectura, música, teatro, artes visuales e incluso danza, que él llamó euritmia.
La visión de Steiner sobre el arte estaba profundamente arraigada en las filosofías de su espíritu.
Solía pensar que el arte representaba fenómenos, ya fueran reales o imaginarios, con los contornos espirituales que formas de lenguaje más suaves no podían transmitir. Era un lenguaje más complejo que el habla cotidiana y presentaba nuestros intensos pensamientos y sentimientos internos que solo podían apreciarse a través del arte.
El arte es, para Steiner, meditación en su forma más pura, una estructura que nos permite ir más allá de nuestra conciencia hacia una realidad espiritual: la conciencia espiritual. Este tipo de meditación también puede denominarse meditación de flujo o activa. Desde este ángulo, es muy obvio que el arte tiene la capacidad de ayudar en el desarrollo personal e incluso en la búsqueda de la iluminación consciente.
Alan Watts: El Arte es una vivencia espiritual

El filósofo británico Alan Watts, que contribuyo al crecimiento de la filosofía oriental en Occidente, también reconoció la estrecha relación entre el arte y la espiritualidad.
Al igual que la meditación, Watts pensaba que el arte podría ser un portal hacia experiencias espirituales, más conectadas con campos sútiles.
Según él, la expresión artística es una especie de conciencia en la que el artista se entrega completamente al acto de crear.
En consecuencia, permitiendo una relación más cercana con uno mismo y con el cosmos o el universo. Ya que todo esta conectado por energias sútiles y cuánticas, somos un microcosmos del macrocosmos, somos un fragmento de la creación expresandose en este plano material.
Watts destacó que el arte verdadero nace de un estado de paz interna y de conciencia.
Dijo que los artistas llegan a un estado de flujo que va más allá del ego y los une con lo divino cuando están totalmente concentrados en su trabajo.
Además, muchos artistas modernos que ven su creatividad como un viaje espiritual se sentirán identificados con este punto de vista, ya que les ayuda a ser más conscientes de sí mismos y a conocer mejor su entorno.
El lugar del Arte en actividades espirituales

Cada tradición espiritual ha dado mucha importancia al arte. Muchas sociedades incorporan el arte, como la pintura, la escultura, la música y la danza, en sus ceremonias y rituales religiosos.
Estas formas de arte no son solo pasatiempos, sino también maneras efectivas de crear conexión y cambio espiritual.
Para el hinduismo, por ejemplo, se desarrollan complejos mandalas como una forma de disciplina espiritual y como herramienta para meditar.
Los pueblos indígenas usan a menudo el arte para mantener sus costumbres, conectarse con sus antepasados y contar historias.
Además, estas ilustraciones muestran que pintar puede ser una actividad espiritual valiosa que mejora nuestras vidas y fortalece nuestra conexión con lo divino, además de reforzar nuestras aptitudes cognitivas.
El poder espiritual y terapéutico del arte

El arte, además de su valor espiritual, también puede ser terapéutico. Participar en actividades artísticas es una excelente manera de sanar traumas emocionales, reducir el estrés y mejorar la salud en general. Escribir en un diario o journal es una de las terapias que más a demostrado reducir el estrés en personas con trastorno por estrés postraumático, TEPT.
Además, la terapia artística, que combina técnicas psicológicas con expresión artística, ha demostrado ser muy útil según la neurociencia.
La expresión artística ayuda a las personas a articular sentimientos que de otro modo serían difíciles de comunicar. Tal proceso puede traer una comprensión más profunda de uno mismo, liberación emocional, combinada con desarrollo personal; en el mejor de los casos, puede aportar las tres cosas.
A su vez, el hacer algo satisfactorio y verdadero puede ser placentero, lo que fomenta un mayor sentido de logro y felicidad.
Adicionalmente, la obra de arte en conjunto con la religiosidad les permite no solo ser más sanos emocional y mentalmente, sino que también los ayuda a llevar una vida más equilibrada y armónica.
Interconección del Arte y la Espiritualidad

La experiencia del ser humano fortalece la relación entre el arte y la espiritualidad, ya que tanto el arte como la espiritualidad buscan en el arte, la forma de descubrir los secretos de la vida, expresar las emociones internas que existen en cada uno de los seres humanos, así como también, articularse con algo o alguien que sea más grande que uno.
Por medio del arte podemos alejar de lo cotidiano y entrar a niveles de consciencia superiores, así, dándole luz a cuál es la naturaleza de la realidad en la que vivimos y cuál es nuestro papel en la misma.
Considerando en conjunto la importancia para el desarrollo individual que tiene la expresión artística en la sociedad, Steiner y Watts, asumen con enfoque diferentes esta relación, exponen el arte como un medio que transforma a través de la expresión.
Al observar el arte como una actividad espiritual nos permite comprender y soltar su potencial que cambia nuestra forma de vivir y nos hace acercarnos más a lo sagrado.
Al crear o al apreciar el arte, puede hacerlo con respeto y criterio para que sirva de guía en su desarrollo espiritual.
Integrando el Arte y la Espiritualidad

Enriquecer tu espiritualidad con arte no significa que tengas que ser un artista profesional. Aquí hay algunas formas fáciles de combinar los dos conceptos de arte y espiritualidad.
Dibujo o Pintura con Atención Plena:
Dedica tiempo a dibujar o pintar de manera consciente, es decir, sin preocuparte por las expectativas o el juicio. Déjate llevar por el momento y concéntrate en el proceso en lugar del resultado.
Diario de Arte
Usar escritura y dibujo en un cuaderno te ayudará a expresar tus ideas y emociones. Este ejercicio te ayudará a ser más claro y a entender mejor tu mundo interno.
Creación de Mandalas
Dibujar o colorear mandalas puede ser una actividad calmante que ayuda a mejorar la conexión espiritual y a relajarse.
Escuchar música
Elige canciones que te conecten espiritualmente y escucha con atención para que las melodías te inspiren y te levanten. Escuchar música clásica o música de ángeles puede ofrecerte una experiencia especial.
Participar en baile o movimiento:
Expresar el cuerpo a través de movimiento te ayudará a conectarte con tu ser y expresar tus emociones. Uno podría encontrar una gran expresión espiritual en el baile, como algo que te hinunda de gran gozo y te lleva a expresar danzas de alto nivel vibracional.
Reflexiones Finales
Incluir estas ideas en tu vida diaria puede ayudarte a investigar la relación entre el arte y la espiritualidad, mejorar tu salud y fortalecer tu camino espiritual.
Hay una relación profunda y compleja entre la espiritualidad y el arte. La sabiduría de Alan Watts y Rudolf Steiner muestra cómo el arte puede ser un medio potente de sanación, autodescubrimiento y desarrollo espiritual.
Podemos mejorar nuestras vidas, sentirnos mejor en general y fortalecer nuestra conexión con lo divino al hacer arte como una práctica espiritual.
Además, entregarse al arte, ya sea creándolo o simplemente disfrutándolo, puede llevarnos por un camino de autodescubrimiento y realización.